Los últimos días

de una gira mundial de adioses 

 

22 de julio de 2008

Durante la mañana, tengo el placer de servir de guía a Rosina, mi estimada amiga de Bélgica. Nos paramos en primer lugar delante del Odeón de Herodes Atticus. Un estudio móvil de TV está aparcado cerca de la entrada izquierda y el material de video está extendido en el suelo sobre la explanada. Mi intuición me dice que el concierto de mañana se grabará y que un ensayo parece prepararse para esta noche. En camino hacia la Acrópolis, hay una vista sumergida sobre el Odéon. En el escenario, ya está instalado el material de la orquesta.

Hacia las 20.00 horas, cerramos nuestro itinerario volviendo delante del teatro. Varios fans ya están allí. Un poco más tarde, Nana llega en un auto conducido por André. Sin prestarnos atención, discute con varias personas y penetra en el teatro. El ensayo comienza inmediatamente y un grupo se forma cerca del estudio móvil de TV, ya que por la puerta abierta, se puede ver a Nana en una pantalla de control de video. Algunos extractos de canciones parecen bastar para los ajustes y Nana deja el sitio como llegó. Parece muy concentrada y tengo el sentimiento que nuestra presencia la molesta. El "rebaño" se dispersa y, por afinidades, pequeños grupos se forman y se alejan con el fin de juntarse alrededor del vaso de la amistad. La noche será corta…

23 de julio de 2008

A partir de las 19.00 horas, una fila se forma delante de cada una de las entradas que dan acceso al nivel superior. Los primeros en llegar tendrán las mejores ubicaciones. Entre los huéspedes que ocupan los asientos VIP, se reconocen algunas cabezas famosas (Lara Fabian, Nikos Aliagas, Stéphane Bern). Algunos alcaldes de capitales europeas (París y Luxemburgo) están allí y los aplausos señalan la llegada del Primer Ministro griego Kostas Karamanlis y de su esposa Natacha.

Hacia las 21.15 horas, las luces se apagan y, en dos pantallas colocadas en altura por una y otra parte del escenario, se proyecta un videorama (videoclips) describiendo la carrera internacional de Nana. Un instrumental acompaña esta proyección que es un poco diferente de la de la última gira europea. Después de algunas notas de música de la introducción, Nana, vestida toda de rojo, llega en el escenario bajo una salva de aplausos y el público le ofrece una ovación de pie. Es el principio de una tarde mágica, de un fantástico viaje musical describiendo sus 50 años de cantar a través del Mundo. En homenaje a Atenas, Nana canta "Athina". La voz es espléndida, lo que confirma la buena idea de parar las giras antes de que sea demasiado tarde, de retirarse dejando un recuerdo perdurable, despedirse en la cumbre de la gloria, dejando pensar que todo eso podía aún seguir.

                      

Nana saluda a las personalidades presentes y habla a aquellos de los países francófonos: «Disculpenme por el protocolo, no sé con quien comenzar.» Canta una muestra de canciones europeas como "Amapola" y "Lily Marleen" e ilustra su amor por el jazz con "Smoke gets in your eyes". Durante "Recuerdos de la Alhambra", observo la pared del teatro y el cielo estrellado. Escalofríos de felicidad recorren mi epidermis, ya que tengo conciencia que soy un privilegiado al estar presente esta noche en este lugar mágico construido en 161 después de J. C.. Nana nos honra después con una interpretación extraordinaria de "Mia fora ki einan kairo" con la cual cobra fuerza su voz y nos hace un magnífico regalo con la rarísima interpretación de "To tragoudi tis Euridikis". El deslumbrante "Enas mythos" viene a concluir esta primera parte que, sin contar el videorama (videoclips), duró más de una hora.

Tras el intermedio, Nana regresa, vestida toda de blanco. Después de haber rendido homenaje al compositor Giorgos Hadjinassios, Nana se instala en el proscenio con Yannick y evoca en canciones algunos momentos de su larga carrera. Aprecio muy especialmente su delicada atención de interpretar íntegramente "Plaisir d’amour". Para "Come on Blue", Pili vino al proscenio para gratificarnos de un solo de bajo y hacer el acompañamiento vocal en compañía de Yannick. ¡Qué lindo ambiente festivo! Nana presenta a los técnicos. Los espectadores sonríen, ya que se inclina hacia el responsable de la instalación de los micrófonos para pedirle su nombre (Giorgos). Luego, llega el turno de los músicos: Yannick, Lucien, Christophe, Pili, Philippe y Luciano que se deben felicitar ampliamente por sus actuaciones. Quisiera agradecer muy especialmente a Luciano por sus arreglos musicales. Sé que ha sido necesario un trabajo colosal para la preparación de este concierto, más de 80 canciones han sido ensayadas. Bravo y gracias a él por todos estos años, por su cordialidad así como la de su esposa Marie-Claude.

                

Con "Odos Oniron", Nana nos lleva en una calle de sueños y nos hace viajar sobre la luna con "Pame mia volta sto fengari" que el público tararea con ella. El viento sopla y levanta las ropas de Nana. ¡Habría podido cantar "The wind beneath my wings"! El concierto se cierra temporalmente con el clásico "Come and sing". Nana hace una falsa salida y regresa para repetir el final de la canción. Las llamadas son muy intensas. Una persona lanza un ramo de rosas blancas que aterriza sobre los carriles de la cámara teledirigida delante del escenario. Alguien de la primera fila se levanta para colocar el ramo sobre el escenario. Se lanzan otras flores. Se oye gritar: "We love you" y "On vous aime, Nana". Muy emocionada, Nana agradece al público y ofrece "Hartino to fengaraki", su primera canción. El público griego canta con ella. Luego una salva de aplausos y una ovación de pie saludan su actuación. Debe ser emocionante para ella encontrarse delante de esta "pared" de aplausos, y arriba de todo, el Partenón iluminado. En la fotografía de mi amigo Athanase de Trikala, se nota bien la configuración excepcional del teatro con sus gradas que suben hacia la Acrópolis con una inclinación de más de 30°.

                      

El saludo final es impregnado de una gran emoción. Las caras de Luciano y de Yannick dicen mucho a este respecto. Se nota que Nana hace grandes esfuerzos para ocultar su emoción. Es talvéz debido a la presencia de las cámaras que ruedan la escena para la realización de un DVD. Antes de retirarse tras los bastidores, se da la vuelta para hacernos un último gesto de adiós. El momento es muy emocionante, aunque se sabe que habrá otro concierto mañana por la noche.

Nicolás y Hélène (Lenou) se encontraban algunas filas delante de mi. Me precipito al pie del escenario para decirles que pueden estar orgullosos de su madre. Nicolás me responde: «Nos blufea a menudo». Aprovecho la ocasión para preguntarle si su documental "La fille de la chauve-souris", que figura en su sitio Internet en Canadá, estará disponible en DVD. Me contesta que eso depende de su productor. Me precisa también que Nana se inspiró del título de su documental para el título de su libro publicado en francés.

        

El teatro se vacía. Algunas personas tienen pequeñas lágrimas de emoción en sus ojos. Es la prueba que Nana tiene un lugar privilegiado en sus corazones y que el amor y el respeto que siempre ella ha tenido por su público le están siendo entregados a cambio. ¡Qué bonitas historias! ¡Qué bonitas pasiones para una mujer excepcional!

 

24 de julio de 2008

Por segunda vez, el teatro está totalmente colmado. Nana está mucho más relajada que ayer. No existe la presión debida a las cámaras. Se libera y nos reserva espléndidas interpretaciones. Dirige los coros del público para la versión griega e inglesa de "Weisse Rosen aus Athen". Un poco más tarde, la persona que habia pedido la canción "La paloma" durante la primera parte del concierto, vuelve a la carga. Entonces Nana modifica su programa para satisfacer la demanda. Después de "Milisse mou", es "Only Love" que le piden, pero, al igual que ayer por la noche, Philippe nos hace cantar su clarinete maravillosamente y ya estamos listos para un deslumbrante viaje musical con "Ta pedia tis Samarinas". Para agradecer la ovación de pie que saluda su triunfal actuación, Nana intérpreta "Hartino to fengaraki", patrimonio de la canción griega que el público tararea con ella. Bajo los aplausos, Nana cuelga el micrófono sobre el pedestal, todo un símbolo para el último concierto de su gira mundial de adioses…

                     

Nana recibe un espléndido ramo de rosas rojas y blancas. Luciano y Yannick, que eran los únicos músicos que permanecían en el escenario para "Hartino to fengaraki", saludan el público con Nana. Ella les entrega una rosa blanca. Como un único hombre, los 5000 espectadores se levantaron y aplauden ruidosamente. Grecia puede estar orgullosa de Nana. Durante 50 años, ha sido la Embajadora de la música griega a través del mundo. Contrariamente al concierto de anoche, Nana deja hilar su emoción. Se adivinan lágrimas en su cara. Luciano y Yannick la rodean y la reconfortan. Luciano tiene la mano de Nana entre sus dos manos. ¡Qué espléndido gesto! Después de estos momentos de melancolía, la alegría vuelve a recobrarse y Nana distribuye rosas a las personas que descendieron las escaleras del teatro para agruparse delante del escenario. Las miradas de Luciano y de Yannick se cruzan y juzgan que llegó el momento de eclipsarse y de dejar a Nana sola en el escenario. La distribución de las rosas sigue con el buen humor. Nana, radiante, lo pasa en grande. ¡Qué bonito espectáculo!

              

Durante algunos segundos, la emoción alcanza de nuevo Nana. Se inclina para saludar una última vez en el proscenio e intenta vanamente descolgar la rosa pegada sobre el pedestal del micrófono. Esta noche, no podrá lanzarla al público. Se aleja hacia el fondo del escenario teniendo su ramo como un lío, se da la vuelta y saluda con la mano izquierda, la cara impregnada de melancolía. Su pañuelo toma durante un instante la forma de una paloma… aún algunos pasos más y es el último saludo del fondo del escenario. Un cameraman rueda estos momentos tan emocionantes. Se reconoce la silueta de André que viene a acoger a Nana a su llegada a los bastidores. Aquí, se cierra una página, se abre otra.

                     

Gracias Nana por todos estos años de compartir. Seguirá iluminando la vida diaria de sus admiradores. Está para siempre en sus corazones, ya que les gusta a su personalidad. Desean que su nuevo camino sea el mejor y lo más largo posible. Esperan tener la oportunidad de cruzarse allí.

Me agapi                                                                                                                                          Christian Langlais