Reencuentros con Atenas

Entre los conciertos del invierno y de la primavera de 2018, decidí escribir sobre los de París y de Montreal, dos ciudades con las que Nana tiene vínculos sentimentales. La gira "Forever young" continúa durante el verano. Para dar seguimiento a mi primer reportaje, elijo Atenas. Nana comenzó cantando en la radio y en los clubes. Luego se hizo famosa cuando ganó el Festival de la Canción griega en 1959. La nueva cita está fijada para el 5 de julio en el Odeón de Herodes Ático. Nana regresa para dar su duodécimo concierto desde 1984. La noche está patrocinada por la asociación ELPIDA que ayuda a los niños con cáncer.

Mi entusiasmo por volver a Grecia después de diez años me hace perder un poco la noción del tiempo. Pero no olvido la fecha del espectáculo y estoy listo para una otra noche de canciones con Nana. A medida que el teatro se llena, los espectadores discuten entre ellos. Algunos expresan su alegría por asistir a este nuevo concierto. Otros están impresionados de que después de 80 años, Nana continúa cantando. Entre ellos, se notan varios admiradores llevando una camiseta blanca con su nombre y sus anteojos. Los días anteriores, tuve la oportunidad de compartir una comida con algunos de ellos. Ya sean griegos, americanos, franceses, italianos o alemanes, todas son amistades creadas gracias a la música de Nana. En la multitud, también podemos ver a su hermana Jenny y su sobrina Aliki Katsarou.

La primera fila está reservada exclusivamente para celebridades y dignatarios. Los fotógrafos y los camarógrafos vigilan su llegada. La presidenta de ELPIDA, Marianna Vardinoyannis, les da la bienvenida. Entre ellos, los cantantes Mario Frangoulis, Georges Perris, Sakis Rouvas, Helena Paparizou, el compositor Mímis Pléssas y el gerente y político Ilias Psinakis. También, el Presidente griego Prokópis Pavlópoulos, la actriz y Ministra de Cultura, Lydía Koniórdou, la ex Reina de Grecia, Anne-Marie, y varios embajadores.

A las 9:20 pm, al caer del sol, comienza la proyección del videorama. Desde la ultima gira, se añadieron fotos antiguas con Nikos Gatsos (poeta) y Manos Hadjidakis (compositor). Esta vez, me llaman más la atención las imágenes de Grecia, especialmente aquellas donde Nana cantó en este mismo teatro.

En 1984, ella hacía su gran retorno en su país. En las secuencias, la vemos llegar al escenario y cantar a capella, el "Ave María" de Schubert. El concierto de 2008 marcó el final de sus giras mundiales. Emocionada, Nana saluda a su público por un largo tiempo. Estos dos grandes momentos vividos con sus compatriotas quedan inmortalizados en imágenes. Me considero afortunado al encontrarme en este lugar mítico ubicado al pie de la Acropolis.

Mientras los ojos de los 5.000 espectadores fijan las dos pantallas gigantes, la música de la orquesta toma delicadamente el relevo. Después de la proyección, estamos inmersos en la noche. Bajo los proyectores, Nana es acogida por su percusionista que extiende su mano. Ella lleva la misma túnica negra como en Montreal, con mangas bordadas de encaje fino. Sola frente a su micrófono, comienza con un clásico, "Gloria eterna" de Handel. Durante la mayor parte de la tarde, su emotividad es palpable. Podemos comprenderla; Nana está en casa y frente a sus compatriotas. Sin duda para manejar mejor su nerviosismo, ella agrega humor en sus alucosiones. El público, cálido, la escucha con admiración y respeto. Él está orgulloso de ella y sabe que desde 60 años hace irradiar la música griega en el mundo.

Aunque recientemente asistí a varios de sus conciertos, Nana todavía me sorprende. Me quedo aterrado por "To pedi me tou tambourlo", acompañada por el vibrante tam tam de los músicos. ¡Qué decir de su interpretación de "Forever young"! Y, por supuesto, "Le ciel est noir", un esencial que me cautiva desde el principio hasta el crescendo final. También estoy impresionado por la multitud que canta con ella. Su susurro es perfectamente audible durante los acompañamientos musicales ligeros, como es el caso de "Pame mia volta sto fengari" y "Hartino to fengaraki". Después del concierto, algunos admiradores me dirán que apreciaron mucho que haya interpretado títulos menos comunes como "Ki' an tha dispasis jia nero", "Xero kapio asteri" y "To pelago ine vathi". Yo comparto su opinión.

Su orquesta está compuesta por cuatro músicos. De izquierda a derecha:

Philippe Pregno - intrumentos de viento, percusión  y canto
Luciano Di Napoli - director musical, piano, teclado y canto
Yannick Deborne - guitarra y canto
Jean-Philippe Roux (Pili) - bajo y canto

Concierto dado en Atenas el 5 de julio de 2018:

Videorama: Ta pedia tou Pirea; Kapou iparhi i agapi mou; Athina; Nanourisma; Hartino to fengaraki.

1- Gloria eterna
2- Ki' an tha dispasis jia nero
3- To pedi me to tambourlo
Presentación de los musicos
4- Enas mythos
5- In the ghetto
6- Xero kapio asteri
7- Xypna agapi mou
8- Kapou iparhi i agapi mou
9- Tora pou pas stin xenitia
10- To pelago ine vathi
11- San sfirixis tris fores / Weisse Rosen / The white rose
12- Cucurrucucu paloma
13- Sa jeunesse
14- Forever young
15- Pame mia volta sto fengari
16- Ela pare mou ti lipi
17- Love is a losing game
18- Aspri mera
19- Smoke gets in your eyes
20- Lily Marlene
21- Les feuilles mortes
22- Over the rainbow
23- Le ciel est noir
24- I endekati entoli
25- Plaisir d'amour
26- Hallelujah
27- Amazing Grace
28- Hartino to fengaraki

ENTREVISTA CON NANA

Durante nuestra breve entrevista después del concierto, Nana me compartió su felicidad de estar de vuelta en Atenas. Ella me mostró el cerro Filopapou donde iba con sus amigos cuando era niña y habló del cine al aire libre de Koukaki donde su padre trabajaba como proyeccionista. Antes de separarnos, Nana me recordó la maravillosa historia de amor que la une a mi patria y declaró que también se siente Quebequense.

Si hubiéramos podido, habríamos ciertamente continuado nuestra última conversación sobre Leonard Cohen. Ella le estimaba tanto y la exposición de su obra en el Museo de Arte Contemporáneo de Montreal la conmovió mucho. Nana se arrepiente de no haber tenido tiempo de grabar un dúo con él como lo deseaban. Con gusto, le habría contado una pequeña anécdota personal. Como sé que ella me leerá y que quizás algunos tienen la curiosidad de conocerla, decido compartirla. Esta concierne la casa que el Sr. Cohen compró a principios de los años 1960 en la isla Hydra.

Algunos días antes del concierto, fui a visitar la isla. Cuando pasé delante de su casa, salió un hombre. Intrigado, le pregunté si era posible visitarla y si había sido vendida. Él me señala soriendo que no. Le dije que soy Quebequense. Yo también, me respondió. Mientras que esperaba a su pequeño niño que lo estaba siguiendo, le pregunté si podía tomar una foto de mi delante del nombre de la calle. Él aceptó gentilmente. Entonces, comprendí: «¡Ah, pero tú eres su hijo!» Sí, me respondió. Mientras él me devolvía mi cámara, me maravillaba de su presencia. Y se alejó lentamente deseándome una estancia agradable. Este hombre, recién afeitado e impecablemente peinado, salía probablemente a cenar. Y sin embargo, si no hubiera hablado con él, nunca hubiera adivinado quién es. ¡Gracias Adam Cohen por estos momentos de felicidad!

UN MOMENTO DE REENCUENTROS

En 2008, asistí a su concierto de adioses en Atenas. Tenía razón en creer que habría otros porque regresé. El de 2018, también lo considero como un momento de reunión. Esta ciudad, más que ninguna otra, cuenta en su trayecto ya que todo comenzó allí. Además, a lo largo del concierto, sentimos este amor recíproco entre Nana y sus compatriotas. Mi presencia entre los espectadores me permitio intercambiar con muchos y descubrir nuevos detalles referente a ella. Y al poner por escrito mis observaciones, tengo la impresión de revivir esta noche excepcional. Al mismo tiempo, la comparto con todos los que me leen y que no tuvieron la oportunidad de estar allí.